Prevención con EPIs para trabajar en espacios confinados

Prevención con EPIs para trabajar en espacios confinados

En determinados sectores, sobre todo los de industrias cuyos trabajadores se dedican a desempeñar labores en unas condiciones especiales, la Prevención de Riesgos Laborales es imprescindible.

Por eso, las empresas deben cumplir con las medidas preventivas adecuadas, incluyendo el uso de EPIs entre sus operarios. Esos que, al acceder a espacios confinados, se exponen a mayores peligros mientras ejercen sus tareas durante la jornada laboral. Pero ¿cómo son estos trabajos y qué PRL se aplica en ellos?

LOS TRABAJOS CONFINADOS

Un recinto confinado se caracteriza por tener una ventilación escasa o deficiente, a pesar de que existan puntos de entrada y salida, obviamente, para el trabajador. Suelen acumularse contaminantes tóxicos o inflamables, por lo que se incrementan los riesgos de asfixia, anoxia, envenenamiento y hasta explosión. Dependiendo de cómo sea ese sitio, pueden afectar otros problemas (mala visibilidad, calor extremo, incomodidad postural, etc).

En dichas condiciones trabajan operarios que se ocupan del tratamiento de aguas blancas y residuales en zonas como alcantarillas, arquetas subterráneas, pozos, etcétera. Otras actividades pueden estar relacionadas con la industria química, nuclear, naval…

PRL EN ESTOS RECINTOS

Las medidas preventivas pasan por asegurar la seguridad y la protección de los trabajadores mediante la correspondiente autorización para acceder al recinto. Después, dos puntos fundamentales son tanto la comunicación como la vigilancia continua del exterior con los operarios que entran al espacio confinado. Señalizar el lugar adecuadamente para evitar percances o accidentes en los que se vean involucrados terceras personas es igual de necesario antes de iniciar las labores en el interior.

Por otro lado están esos elementos diseñados especialmente para cumplir con alguna necesidad del trabajo. Buen ejemplo son los dispositivos de descenso y ascenso o los arneses de seguridad frente a caídas. En última instancia, los Equipos de Protección Individual o EPIs que deben llevar puestos los trabajadores para proteger su integridad y salud son esenciales. Aquí se incluyen varios componentes.

Primero, para la cabeza, están los cascos industriales junto a sus accesorios (cubrenucas, soporte de luz frontal, tiras reflectantes…). Luego, las gafas universales, integrales e incluso visores para los ojos. Las orejeras, las pantallas y las mascarillas protegen el resto de zonas faciales, aunque suele ser necesario también un equipo de respiración con mascarilla completa, reguladores de presión, alarma, arnés, cilindro y manómetro.

El cuerpo, en general, queda protegido con trajes acolchados y robustos fabricados de tejidos óptimos para repeler a los contaminantes. Misma tónica se aplica en los guantes para las manos y, por último, está el calzado. Este debe tener unas características especiales de topes de seguridad puntera, máxima protección contra impactos y resistencia al deslizamiento.

En conclusión, los EPIs y las otras medidas citadas forman parte de la PRL en trabajos confinados.