PRL y calzado de seguridad en la industria de la alimentación
El uso de equipos de protección individual (EPIs) está estrechamente ligado a la prevención de riesgos laborales (PRL), también en la industria de la alimentación.
En este caso, el calzado es un elemento fundamental. Sus características y prestaciones han de garantizar protección absoluta frente a los riesgos a los que el empleado está expuesto en estos entornos de trabajo.
RIESGOS LABORALES MÁS COMUNES EN EL SECTOR ALIMENTARIO
Golpes y lesiones provocadas por resbalones y caídas son los motivos más frecuentes por los que se producen bajas laborales en el sector alimentario, especialmente en el cárnico y el pesquero. En estos casos, se recomienza utilizar un calzado profesional cuyas suelas estén fabricadas con un material antideslizante, como el poliuretano o el caucho. Proporcionan mayor agarre en superficies mojadas o resbaladizas, en lugares donde existen canales de drenaje al descubierto, etcétera.
Hay que tener en cuenta que en la industria alimentaria se llevan a cabo constantemente operaciones de limpieza y desinfección de la maquinaria y los equipos. En estos centros de trabajo, normalmente, se necesitan instalaciones eléctricas de gran potencia para dar suministro a picadoras, peladoras, empaquetadoras, envasadoras, amasadoras, cintas transportadoras… Por ello, es conveniente emplear un calzado aislante para minimizar el riesgo de sufrir daños provocados por descargas electroestáticas.
CARACTERÍSTICAS DE LAS BOTAS (EPIS) PARA TRABAJAR EN ESTOS ENTORNOS
Un buen plan de PRL en estos entornos laborales ha de contemplar, por tanto, la utilización de botas (EPIs) con suelas antideslizantes y cuyo material de fabricación sea aislante. Asimismo, es conveniente que sea un calzado reforzado, especialmente en puestos que requieran la manipulación de maquinaria pesada o cargas muy elevadas. Esta clase de zapatos protegen los pies frente a golpes provocados por la caída de objetos o contra objetos inmóviles. Además, aportan una mayor resistencia al desgaste y durabilidad.
¿CUÁNDO UTILIZAR ZAPATOS (EPIS) DE PROTECCIÓN QUÍMICA?
Las quemaduras y escaldaduras provocadas por la acción de líquidos calientes o corrosivos, así como la manipulación de equipos de cocción, son también muy habituales en el área de la industria de la alimentación. En estos casos, se recomienza utilizar botas de protección química, que salvaguardan la integridad de los pies frente a salpicaduras, explosiones producidas por escapes de gas, etcétera.
Este tipo de calzado es antiinflamable y resiste la degradación durante períodos de hasta 24 horas cuando se produce un contacto directo con productos químicos agresivos.
¿Y CALZADO IMPERMEABLE?
También es bastante habitual en la industria alimentaria el trabajo bajo temperaturas excesivamente bajas, principalmente en fábricas conserveras. Cuando el operario ha de pasar mucho tiempo en cámaras frigoríficas, es conveniente que use un calzado que, además, sea impermeable para evitar que los pies se mojen y así aumentar la sensación de confort.
Os adjuntamos dos modelos que cumplen a la perfección los requisitos:
En definitiva, utilizar un calzado adecuado es una de las medidas PRL más efectivas para evitar los riesgos más frecuentes en la industria alimentaria.