Equipo de Protección para la siderurgia:

• Ropa de protección: Las prendas pueden ser de materiales naturales, sintéticos o polímeros, eso sí, no tienen que tener ningún orificio ni poro. Incluye todos los elementos que conforman un conjunto protector (bata, guantes y botas).

• Protectores de ojos y cara: Para proteger el rostro de las altas temperaturas. Existen gafas con o sin protectores laterales, gafas con montura integral, pantallas faciales protectoras de los ojos y del rostro, casco con mirilla que protege la parte frontal del rostro, pantallas protectoras de la mano y capuchas que cubren la cabeza por completo. El uso de un equipo u otro dependerá del puesto que tengas y los riesgos asociados.

• Protección de pies y piernas:

• Calzado de seguridad: suelen ser de cuero o caucho. Como los dedos de los pies son los más expuestos a los impactos, se incluirá una puntera para evitar el peligro de lesiones. La suela debería ser también resistente al calor y a la perforación además de disponer de factores de antideslizamiento. Además, si existe un peligro de descargas eléctricas, se utilizará material que permita disipar las cargas electrostáticas. La altura depende del peligro al que uno se expone, sin dejar de darle importancia a la comodidad. Un ejemplo puede ser el Modelo soldador.

• Polainas o espinilleras: suelen ser de caucho o metálicas, para proteger la pierna por encima del calzado utilizado, evitando así las quemaduras. En ocasiones se incluyen también rodilleras, si el trabajador se tiene que poner en algún momento de rodillas.

• Protección de la cabeza: en necesario prevenir los golpes, las lesiones y los riesgos mecánicos, térmicos o eléctricos. Para ello, su armazón tiene que ser fuerte, tiene que poder absorber los impactos y ser resistente a la penetración, al calor y a las llamas.

• Protección de los oídos: hoy en día existen tapones premoldeados que se adaptan a los oídos de casi todas las personas. También existe la posibilidad de utilizar tapones externos, que se sujetan con un arnés a la cabeza, o de orejeras. Con ellos reducimos los fuertes ruidos que pueden causar daños en el tímpano.